miércoles, 14 de abril de 2010

Agrupamientos fliexibles

El modelo organizativo de agrupamientos flexibles constituye una de las modalidades de atención a la diversidad que respetan la filosofía de la escuela inclusiva y promueven un planteamiento eminentemente integrador en los centros educativos.

Su finalidad consiste en favorecer que todo el alumnado alcance los objetivos establecidos en el nivel o ciclo en el que se encuentre escolarizado a través del ajuste de la respuesta educativa a sus características particulares. Dicho ajuste favorecerá la individualización y personalización del proceso de aprendizaje contemplando la diversidad de capacidades, intereses, motivaciones, etc., de los distintos alumnos y alumnas.


Los agrupamientos flexibles se conciben como la creación de grupos con un mayor nivel de homogeneidad durante tiempos limitados y bajo unos parámetros claramente definidos que permitan el paso del alumnado intergrupos. Por tanto, el criterio pedagógico seguido para realizar este tipo de agrupamiento parte de un grupo base, en el que existirá una mayor heterogeneidad, y del que saldrá el alumnado que conformará los grupos flexibles con un mayor nivel de homogeneidad.

De este modo, cuando el trabajo se realice en grupos heterogéneos se favorecerá el enriquecimiento de experiencias entre el alumnado siempre que se fomente la cooperación entre ellos, mientras que el trabajo en grupos homogéneos facilitará la labor del profesorado y alcanzará un mayor nivel de eficacia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, y con objeto de planificar adecuadamente la puesta en marcha de los agrupamientos flexibles en un nivel o ciclo, resultará fundamental que el equipo educativo defina claramente cuáles serán los criterios de agrupamiento, los criterios de evaluación, los criterios de flexibilización, así como los procesos de información y negociación que se llevarán a cabo con profesores, padres y alumnos/as para el adecuado desarrollo de la medida organizativa.


Los criterios que pueden servir de indicadores para establecer los diferentes grupos podrían ser:

·Nivel madurativo del alumnado.
·Nivel de competencia curricular.
·Ritmo de aprendizaje y/o trabajo.
·Nivel de interacción con el grupo.
·Intereses y motivación hacia la asignatura.
·Autoestima.
·Comportamientos.
·Número de alumnos por grupo.
Para ello, y una vez que se determine cuál o cuáles serán los criterios que determinarán la asignación del alumnado a uno u otro grupo, resulta imprescindible que el centro cuente con las pruebas necesarias para realizar dicha asignación. De este modo, la realización de una evaluación inicial del alumnado participante nos permitirá establecer los distintos grupos flexibles a crear, así como los requisitos a alcanzar en cada uno de los grupos para poder acceder, o retroceder en su caso, al siguiente.


En cuanto al funcionamiento, en cada uno de los grupos se trabajarán las mismas unidades didácticas correspondientes a los objetivos del nivel o del ciclo, y con poca diferencia de tiempos. La clave estará en que los grupos con un mayor nivel, al avanzar más rápido, podrán realizar un mayor número de ejercicios de la unidad y profundizar en ella. Por otro lado, el alumnado que requiera adaptaciones curriculares individuales, también podrá participar de los agrupamientos flexibles siendo los objetivos a alcanzar aquellos que se establezcan en su adaptación curricular.

Por tanto, esta metodología favorece una atención más individualizada a las características del alumnado pero requiere poner en marcha distintos modos de enseñanza adaptados al alumnado, lo que puede requerir un mayor dominio de la enseñanza de las áreas instrumentales con una metodología más práctica y manipulativa para aquellos grupos con mayores dificultades de aprendizaje.


Para realizar un proceso de evaluación ajustado a las características de esta metodología organizativa se hace necesario establecer desde un principio cuáles serán los contenidos mínimos a dominar por el alumnado participante. De este modo, los exámenes constarán de dos partes con el fin de ajustar la nota obtenida por cada alumno/a en función del trabajo realizado:

Un primera parte global e igual para los diferentes grupos en la que se evaluarán los contenidos mínimos establecidos y que servirá para calificar en el boletín de notas.
Una segunda parte que recogerá preguntas ajustadas a cada uno de los niveles en los que se han conformado los grupos (de ampliación, consolidación, refuerzo, etc.), y que tendrá como finalidad la de evaluar el trabajo del alumnado.

En cuanto a las ventajas que los centros educativos encuentran al poner en marcha los agrupamientos flexibles como metodología organizativa pueden resumirse en las siguientes:

-Facilita el desarrollo cognitivo y social del alumnado.
-Favorece que el alumnado pueda experimentar el éxito, lo que favorece la motivación en el aprendizaje.
-Ayuda a que el alumnado viva la escuela como comunidad educativa y no como clase.
-Permite adaptar el currículo a la realidad del alumnado.
-Respeta y favorece la atención a los distintos ritmos de aprendizaje a través del ajuste de actividades, tareas y pruebas escritas a los contenidos a trabajar.
-Permite una respuesta a la diversidad de todo el alumnado, tanto de los que presentan dificultades, como de aquellos más brillantes.
-Permite evaluar al alumnado en función de su nivel madurativo, ritmo de aprendizaje, capacidades, motivaciones, etc.
-Favorece la optimización de recursos personales en el centro al incorporar la dinámica de los profesionales de apoyo.

No obstante, y a modo de inconvenientes, podríamos reflejar los siguientes:

-Requiere la elaboración de programaciones diferenciadas y ajustadas a los distintos niveles de los grupos existentes para los mismos contenidos de trabajo.
-Necesidad de definir exhaustivamente los criterios de evaluación del alumnado, así como los criterios de flexibilización para proceder al paso de alumnos/as intergrupos.
-Existe el peligro de “etiquetar” a los distintos grupos e influir en su rendimiento final.
-Exige un nivel muy elevado de coordinación entre el profesorado participante para ajustar adecuadamente las metodologías de trabajo a este tipo de modalidad organizativa.
-El profesorado participante debe sentirse implicado e identificado con el grupo en el que va a desempeñar su función.
-Dominio de estrategias metodológicas variadas que permitan atender a la diversidad del alumnado en los distintos grupos creados.
-Gran esfuerzo organizativo a nivel de centro que requiere contar con la implicación de todo el profesorado participantes, así como del Equipo Directivo para alcanzar el éxito en su puesta en marcha.

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